miércoles, 14 de abril de 2010

ESCENA 3: Rutina.



Te despertaste ayer como todos los días desde hace ya un par de años: Atropellado por el tiempo.

Cogiste el tazón, lo llenaste hasta el borde de leche fría y lo intentaste adornar con un poco de Cola-cao pero tu pulso a esas horas de la mañana impidió medir la cantidad y el vaso acabó más negro que la noche.

Fuiste a por tus pantalones y zapatos -La camisa había dormido con él-, para ir a trabajar.
Después ya en la puerta, agarraste la cazadora, las gafas de sol, las llaves del coche y bajaste al garaje donde arrancaste el motor después de tres intentos -Como siempre-.

Saliste a la calle, giraste a la derecha, luego a la izquierda y tras conducir durante horas sin música, ni compañía alguna por la carretera que conducía al desierto, paraste el motor, agarraste la pala, abriste el maletero y la enterraste allí mismo, en la cuneta.


    Canción recomendada: Paris, Texas (Ry Cooder)
    Escuchar en Spotify

El vulgar secuaz.

3 comentarios:

El Traste Nº 27 dijo...

Traste. Buen relato. Sordidez a mitad de camino entre los hnos. Cohen y el viejo maestro Hitchcock. Un micro con una densidad punzante. Un antes y un despues lleno de suspense. La voz del narrador lleva a pensar en una doble y enfermiza personalidad. Una secuencia de una vieja película, Un saludo

Malena dijo...

Enmudecí.. Me reencantó! ¡Quiero más!! ¡Sólo faltaba la mujer policía, embarazada y con los
donuts clásicos..! ¡Entonces sería
perfeKto!

Besitos, Traste..! Q bien q estés aquí, de nuevo!

Male.

Pd: Ubicaré tu post en El País de los Bosques..

MANUEL IGLESIAS dijo...

El primer comentario, hay que rectificar, por eso somos sabios y solo por eso, es de venusyjanobriga. No he tenido tiempo. Maldito el colega que me ha prestado una hormigonera. Un saludo