lunes, 31 de mayo de 2010

Cuando te joden

Frustración, impotencia, rabia, furia... odio. Estar seguro de que llevas razón y aún asi no ser escuchado, trabajar y no ser valorado. Justicia.
Solo pido eso, justicia. Y no hay justicia porque el mundo es así. Lleno de injusticias, desigual, horrible.
La sensación de que la burocracia es un muro, la sensación de que aquellos que tienen el poder siempre tienen las espaldas cubiertas, la sensación de que es todo parece mucho más dificil de lo que realmente es.

Una patada en la boca, que te deja sin aliento y sin poder vocalizar. Ni si quiera sabes por que te han golpeado.

A los poderosos. A los injustos poderosos.




Fdo. Paulus

lunes, 3 de mayo de 2010

Vuela.

Se trataba de una sala que pretendía ser acogedora, pintada en tonos amarillos, y acompañada de una luz tenue, propia para el momento. Sobre unos sofás hundidos por las generaciones estaban sentados. Algunas caras, la mayoría, eran lánguidas, arrugadas, alicaidas. Otras, la mayoría, estaban rojas, con los ojos hinchados de llorar.

El silencio llenaba la sala, no hacía falta nada más, sobraban las palabras.
Tú eras el más joven de todos y te diste cuenta de lo que te quedaba por pasar. Hasta entonces te creías con la suficiente experiencia, con el suficiente conocimiento y con el suficiente desparpajo como para vivir, pero en realidad no sabías y no sabes nada.

La recuerdas, siempre en su sillón, con esas enormes gafas que usaba para resolver los autodefinidos y las sopas de letras con su mandil puesto. Con su dulce voz, te contaba las penurias de la guerra, o como iban a los cines y teatros cuando la ciudad no eran más que cuatro casas... siempre aprendías algo nuevo.

Como siempre en tu cabeza una canción. Esa canción, que será tu despedida, se la dedicas a la mujer que te ha dado lo más importante que tienes, la vida.



Hasta siempre abuela.
Tu nieto.