martes, 14 de diciembre de 2010

Cuando me da por hablar.



Ya de por sí, hablar resulta complicado. Pero lo es aún más con una daga clavada en el pecho. Cuando el filo corta tu piel como la mantequilla y atraviesa tu corazón... Esa sensación eléctrica y punzante que te hiere en lo más profundo del alma... El llanto refrenado por el orgullo... El nudo en la garganta...

Es dificil hablar. Y más sobre temas tan profundos y llenos de recovecos como pueden ser la amistad, el amor, la confianza, el perdón, o la soledad.

Por eso prefiero escribir. Porque ver mis pensamientos escritos me da estabilidad y me tranquiliza. Necesito verlos ahí quietos, poder releerlos, analizarlos... En definitiva saber que están ahí y que no se perderán en una vasta jungla de neuronas despistadas. Aunque no siempre escribo para mí. Puede que muchas veces no se me entienda, o que no me explique, pero todo tiene un sentido y hay que descubrirlo.

Hay veces en que no queda alternativa y hay que hablar. Hay que decir las cosas pero por mucho que trates reprimirte, no puedes callarte. Diré pues:

Sobre la amistad, que es desinteresada.

Sobre el amor, que es pasajero.

Sobre la confianza, que es fundamental.

Sobre el perdón, que no siempre se merece.

Y sobre la soledad, que se deduce de no conocer nada de lo anterior.

Para mí la confianza es, como ya he dicho, algo imprescindible entre personas. Es el cimiento de toda relación social. Pero es algo de dos. Y el problema surge cuando alguien no devuelve toda la confianza que recibe. Y aún peor, cuando hace parecer que sí.

Entonces ya entramos en el ambito de la mentira, el engaño, la hipocresía o la traición. Detestable todo en cualquier caso.

Por eso hoy os pido que aprendais a confiar en las personas. Es complicado, pero es algo que a mí me sale solo. Quizá peque de ingenuo en una sociedad tan materialista y superficial como la nuestra. Y por ello, la vida trata de enseñarme que no puedo ser así. Pero lo hace con esa peculiar manera que tiene la vida de enseñar. Ya se sabe, "La letra, con sangre entra".

Curioso el destino ¿Verdad?

Y si seguimos con refranes "Donde hay confianza, da asco". Pues yo digo ¡Viva el asco!

No cuesta nada, de verdad que es gratis. La confianza es algo que no tiene precio, pero que es muy grata. Como todas las cosas gratis.

¿Qué tu prefieres un traje que te cuesta un riñon? Yo prefiero ir desnudo y tener amigos en los que confiar, en los que volcar todas mis preocupaciones, con los que divertirme... Y que ellos vuelquen en mi sus preocupaciones y que se diviertan conmigo.

¿Qué tu prefieres presumir de casa? Yo prefiero vivir en la calle rodeado de la gente que quiero, pues ellos son mi hogar y mi país.

¿Qué tu prefieres viajar a paises lejanos en lujosos jets? Yo prefiero viajar al corazón de mis amistades y conocerles profundamente.

Porque a un amigo no se le conoce por su facha. Se le conoce por su interior. A un verdadero amigo se lo permites todo, porque él conoce la confianza que depositas en él, y un verdadero amigo no va a fallar nunca esa confianza.

Pero cuidado que no es todo amor y paz. Entre amigos tambien hay roces. Pero son roces que por hache o por be, acaban reforzando la relación. Y sino, no había amistad desde el primer momento.

Ahora releo todo y me resulta triste. Así que para alegrar este final vamos a poner algo de funky. ¿Por qué este cambio tan repentino? Porque la vida sigue y no hay que dejar que nos cale la tristeza.

Canción recomendada: James Brown - Get up, I feel like beign a sex machine

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Paulus M.