Lo único que conocía de los Beatles era aquello del Yellow Submarine, Yellow Submarine... hasta que un verano en la región francesa de los Pirineos Atlánticos (Pyrénées-Atlantiques) en una ciudad preciosa llamada Pau asistí a "L'hestivoc" un festival de música jazz y blues.
Casualmente y seguramente para aprovechar la conglomeración de gente, un cuarteto ataviado para la ocasión, con una trompeta, una tuba de esas de sousa, un batería andante y un vocal comenzaron su particular concierto entre la gente para sacarse unos euros.
La verdad no comenzaron con mucho éxito ya que tocaron algunas piezas poco conocidas, pero de pronto algo hizo que el tiempo se detuviera en aquella plaza de Pau, comenzaron a tocar una canción que yo desconocía y para colmo toda la plaza comenzaba a tararear. De pronto toda la plaza se vió cantando aquello de:
"...teik a san son an meik it beder.... ¡¡REMEMBER!! to led in in yor her, den yo can star to meik i beder..."
La gente con su letra particular repleta de ocasionales "remembers" que no correspondian, cantaban eufóricos con las manos en alto y algún que otro mechero encendido. Pero cuando llegó aquello de:
"... NA NA NA NANANA NANANA ¡¡HEY JUDE!! ... NA NA NA NANANA NANANA ¡¡HEY JUDE!! ..."
Aquello ya fue el acabose, el novamás. Parecía la "Fête nationale" pero sin banderas y sin la marsellesa. Todo acabó con los corazones llenos de nostalgia y los bolsillos del cuarteto repletitos de monedas.
A mi se me abría la boca; ¿Cómo era posible que toda una ciudad conociese la canción y yo no supiera siquiera quien era el autor? Por suerte mi tio estaba a mi lado para ayudarme a superar mi shock post-musical y descubrí que aquel prodigio no era obra de mensajes subliminales demoníacos sino de otro cuarteto, esta vez de Liverpool y de la década de los 60.
Aquella era la canción de de cuatro chavales: Jhon Lenon, Paul McCartney, Ringo Starr y... este... como se llamaba el otro... si hombre... este que tocaba con los Beatles... ¡Ah, si! George Harrison.
Entre 1963 y 1970 los Beatles publicaron 13 discos a una media de 1’8 discos por año.
Pero en 1968 Lennon, hablando en plata, la cagó pero bien cagada al liarse con Yoko Ono, aquella artista conceptual que le metía cosas raras en la cabeza al pobre de Lennon, y acabaron detenidos por la policía drogados hasta las trancas.
Ya sabéis aquel dicho de “todo lo que sube, tiene que bajar”, bueno, pues en este caso se estampanaron contra el pavimento de Liverpool.
Cada uno tiró por su lado, Ringo grabó un par de discos, Harrison hizo unos cuantos trabajos de calidad aunque de menor repercusión mediática que el resto de componentes, Lennon hizo Imagine o algo así, y sobre McCartney no tengo comentarios.
Conclusión, un grupo muy grande que pudo ser aún más grande, pero no quiso.
Canción recomendada: “Hey Jude”
Escuchar en Spotify (Versión de Joe Anderson, bso de la pelicula "Across the universe")
Vídeo de la canción:
Vídeo ilustrativo sobre lo que comentaba a principio de la entrada sobre los “REMEMBERS” :
Fdo. Paulus Magister
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