Por suerte o por desgracia nos ha tocado vivir una época de una densidad demográfica como no se había visto antes en el planeta Tierra. Esto se acaba notando en las pequeñas cosas, por ejemplo en los autobuses, concretamente en los Zamora-Salamanca. Llegas a la una y media y ¡Oh, Vaya! no hay plazas, tienes que esperar hasta las dos.
Cuando al fin obtienes el billete, te sientas en esos asientos de respaldos deshergonómicos que te dejan la cabeza ladeada de mala manera hacia atrás, y encima no puedes casi ni moverte.
Además el bus está repleto. Si tienes suerte y entras pronto puedes elegir asiento, sino tienes que elegir persona, una persona con la que solo vas a intercambiar dos o tres palabras en toda una hora de trayecto:
-¿Te importa que me siente?
-No, no...
¡Y que no se te olvide el MP3! Uno de los buenos aspectos del bus es que tienes una horita de viaje para escucharte un disco de principio a fin. Uno a la ida y a la vuelta otro.
Pero ayer fue un dia muy triste. Entré en el bus y no llevaba encima ningún aparato que emitiese música. La desesperación acudió pronto a mi, no sabia que hacer. Empezó el trayecto y por la ventana ya se veía el vasto paraje castellano, llano y parco en detalles. De pronto se me iluminó la bombilla y de mi mochila saqué "Divinas Palabras" de Valle-Inclán y pude tener una lectura "vibrante" en todos sus sentidos.
A la vuelta ya no hay tanta gente, pero sin música y sin ninguna postura cómoda me esperaba una hora completamente absorto en mis pensamientos.
Llegué a casa destrozado, siguiendo mi ritual de llegar a la habitación y dejar sobre la mesa la cartera, las llaves, el móvil, el mp3... ¿¡¿¡EL MP3!?!?
Lo había llevado encima todo el día...
Canciones Recomendadas:
Para la ida: Tin Tin Deo de la Tokyo Ska Paradise Orchestra
Escuchar en Spotify (Versión de Dizzie Gillespie) o en Grooveshark (Tokyo Ska Paradise Orchestra)
Para la vuelta: Pararell Highway de God is an Astronaut
Escuchar en Spotify
Fdo. Paulus Magister
1 comentario:
Pues, no parece que hayan mejorado mucho los autobuses. Antes eran malos, pero divertidos, porque la gente hablaba mucho, y hasta hacías amigos.
Un saludo.
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